Op-ed de la Ministra de Relaciones Exteriores de Suecia, Margot Wallström, a propósito de la Presidencia de Suecia en el Consejo de Seguridad de Naciones Unidas durante el mes de julio 2018.
Foto: UN Photo / Manuel Elias
Necesitamos un sistema basado en reglas globales para alcanzar paz y seguridad. El Consejo de Seguridad debe ser la principal herramienta del mundo para esto – y para crear condiciones de desarrollo equitativo, igualdad de género, y sociedades sostenibles e inclusivas. Esto es de interés de Europa, y por lo tanto, de interés de Suecia.
Necesitamos un Consejo de Seguridad cuyos miembros – permanentes y no-permanentes – puedan ponerse de acuerdo para tomar decisiones claras y basadas en principios. Suecia continúa asumiendo su parte en esta responsabilidad conjunta, a la altura de la confianza que los Estados Miembros de Naciones Unidas han depositado en nosotros al elegir a Suecia para el Consejo de Seguridad.
Sin embargo, el ambiente laboral dentro del Consejo de Seguridad necesita mejorar. Recientemente, hemos sido testigos de algunos de los peores puntos muertos en años. El año pasado, el poder de veto fue ejercido seis veces – esto es más que lo que se ha utilizado en cualquiera de los último veinte años.
Cuando el Consejo de Seguridad no puede llegar a un acuerdo, el principal propósito del sistema de Naciones Unidas – cooperación para la paz, la seguridad y el desarrollo – corre el riesgo de ser socavado.
El trabajo del Consejo de Seguridad debe garantizar y mejorar el cumplimiento del derecho internacional basado en la Carta de Naciones Unidas – los mismos principios que se encuentran reflejados el Tratado de la Unión Europea, y que son tan centrales para Suecia y su propia seguridad.
Este es un tiempo de inestabilidad global. Más de 800 millones de personas se acuestan con hambre cada noche. Las necesidades humanitarias en países como Siria, Yemen y Sudán del Sur son enormes.
A pesar de todos los retos, los esfuerzos de Suecia como miembro no-permanente del Consejo de Seguridad están dando frutos. En febrero, por ejemplo, el Consejo de Seguridad fue capaz de adoptar, por unanimidad, la resolución 2401, que trata del cese al fuego en Siria, con el propósito de habilitar esfuerzos humanitarios y realizar evacuaciones médicas.
Además, hemos presionado para que el Consejo de Seguridad avance en la adopción de resoluciones que hagan énfasis en la importancia de la participación de los jóvenes en la resolución de conflictos y la construcción de paz, así como en el vínculo entre hambruna y conflicto, y los riesgos de seguridad relacionados con el cambio climático. Gran parte de los mandatos para las operaciones de Naciones Unidas ahora tienen una redacción más fuerte respecto a las mujeres, la paz y la seguridad. Igualmente, la perspectiva de los derechos de la niñez dentro del Consejo de Seguridad ha sido fortalecida en países como Sudán, Malí, Colombia y Somalia.
Al mismo tiempo, nuestro trabajo dirigido a salvaguardar la cooperación entre los miembros Europeos del Consejo, continúa. Es posible hacer la diferencia, a pesar de los desafíos que existen.
Durante la Presidencia del Consejo de Seguridad en julio, Suecia tomará la responsabilidad de toda la agenda del Consejo y continua su contribución con el objetivo de cumplir el propósito principal de la Carta de Naciones Unidas: mantener la paz y la seguridad internacionales.
Nuestro trabajo continúa basándose en el derecho internacional, los derechos humanos, la igualdad de género y una perspectiva humanitaria.
Me gustaría mencionar algunos puntos de partida de la Presidencia de Suecia en el Consejo:
Desde nuestra membresía al Consejo de Seguridad hemos hecho grandes avances y haremos muchos más. Seguiremos trabajando para reforzar la voz y la participación de las mujeres, asegurar que la asistencia humanitaria llegue a aquellos que la necesitan, y en mejorar capacidades para prevenir conflictos y mantener la paz.
Esto, porque necesitamos mayor cooperación internacional, no menos. De esta manera podremos responder mejor a los desafíos, las crisis y los conflictos de nuestro tiempo.