Para poner a volar la imaginación, los niños y niñas del ETCR Héctor Ramírez en la vereda Agua Bonita II de La Montañita, Caquetá, solo necesitaron de una página de cuaderno, un lápiz, algunos colores y una pregunta: ¿cómo prevenir la violencia en contra de niños y niñas?
Esta fue la temática del Primer Concurso de Cuento Infantil del Poblado, un espacio que se realizó en el marco del proyecto “Implementación de planes de prevención de violencia basada en género y promoción de la autonomía de mujeres en proceso de reincorporación”. Participaron diez niños y niñas entre los 6 y 12 años, quienes desde enero han venido asistiendo a los diferentes espacios que les han permitido conocer los conceptos básicos sobre la violencia contra las mujeres y los diferentes tipos existentes y algunas herramientas para prevenirla.
Durante los 15 días que tuvieron las(os) participantes para entregar el cuento, sus familias se preguntaban si sería fácil para ellos(as) escribir sobre este tema y, mientras los veían esforzarse por ganar el concurso, el proceso de escritura se fue convirtiendo en un trabajo colectivo:
- Yurluey, ¿violencia es con v de vaca o con b de burro? -, preguntó Jeisson Andrés, uno de los participantes y vecino de Yurluey.
- Con v de vaca, respondió́ Yurluey-, y aprovechó para explicarle que el cuerpo de los niños y de las niñas nadie lo puede tocar.
Madres, padres y cuidadoras(es) de quienes participaron no dudaron en involucrarse y ayudarles para que sus relatos fueran los mejores. Entre las letras y dibujos que ilustraban su cuento, la emoción y aprendizaje de este concurso se convirtió́ en un tema familiar y comunitario.
El resultado: diez cuentos que expresan el sentir más tierno y las soluciones más prácticas para acabar la violencia contra los niños y niñas. Con mensajes como “que nos les peguen más y los entiendan”, “que nos dejen salir a jugar y a divertirnos con nuestros amiguitos”, “que nos crean cuando decimos que alguien nos está haciendo daño”, “que me sienta muy bien viviendo con los excombatientes en el Poblado Héctor Ramírez”, las palabras y los dibujos permitieron conocer de primera mano los conceptos que las niñas y niños que habitan del ETCR tienen sobre la paz y sobre las mejores maneras para eliminar la violencia en su comunidad.
La violencia física, la sexual y el abandono, fueron los tipos de violencia más comunes en los relatos y, aún cuando todavía queda un largo camino por recorrer, este ejercicio evidenció que, a través del trabajo preventivo para construir masculinidades responsables y afectivas, para desnaturalizar la violencia y reconocer las formas de violencia basada en género desde temprana edad, se están construyendo las bases de una nueva sociedad libre de violencias.